El deal

Cristián Piera, CEO de Clínica Alemana y la salida a la crisis de las isapres: “Es mejor una mala ley corta a que no la haya”

El alto ejecutivo hace ver que la gran piedra de tope sigue siendo el monto de la deuda de las aseguradoras:  “Me cuesta verlo en el Excel, cómo eso les da sostenibilidad a las isapres”, afirma.

Por: Azucena González | Publicado: Viernes 10 de mayo de 2024 a las 23:30 hrs.
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Foto: Verónica Ortíz
Foto: Verónica Ortíz

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Cristián Piera, el CEO de Clínica Alemana, tiene en sus espaldas casi tres décadas de trabajo en la entidad perteneciente a la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia (CCAB), una organización sin fines de lucro creada en 1905 y de la que también depende isapre Esencial, como parte del Grupo Alemana.

Llegó en 1997 como ingeniero de control de gestión, y de ahí escaló posiciones ejecutivas. En 2003 asumió como gerente de Tecnología; en 2005 como CFO, y en 2019, se transformó en el CEO. Desde esa vereda, al frente de un prestador de salud que trabaja con pacientes que en un 90% son de isapres, tiene una dura opinión respecto de la ley corta de isapres.

"Si cae el sistema privado, al país le va a costar muertes y plata en los tribunales internacionales. ¿Cómo puede haber gente que quiere que suceda eso?".

"La ley corta es menos mala. Espero que si cae una primera (isapre), quién esté a cargo del sistema de salud, haga los cambios que haya que hacer para no permitir que caiga el resto. La ley corta hace que esto se prolongue en el tiempo, por eso es menos malo a que no haya nada y que caigan todas inmediatamente".

- Con las indicaciones que conocemos, ¿se aleja el riesgo de insolvencia del sistema de isapres?

- El peor escenario es que no haya ley corta. Si no la hay, prácticamente todas las isapres caen en insolvencia. Si hay ley corta, la situación es distinta. Pero lo que me preocupa es cuando se menciona que va a haber una ley corta, pero que es probable que caigan una o dos isapres. Eso es muy malo. Cada isapre en promedio tiene del orden de 400 mil afiliados, y más o menos entre el 20% o el 25% de los afiliados de esa isapre, si su isapre quiebra, lo más probable es que terminen en Fonasa. Esas 100 mil personas promedio de cada una de las isapres son las que se están tratando por enfermedades o que tienen preexistencias que les impide acceder a otra isapre o tomar un seguro privado. Por eso nosotros decimos que la ley corta lo más importante, es que permita dar estabilidad financiera a todas.

- ¿Pero se está más lejos del riesgo de insolvencia o solamente se está postergando?

- Para algunas isapres se está postergando el problema. Hoy día las isapres, producto del fallo GES, sus ingresos cayeron al mes del orden de los $ 27 mil millones como sistema, a partir de enero de 2024. La deuda con los prestadores es del orden de los $ 700 mil millones. Y a esto hay que meterle esta ley corta, que al día de hoy tendrían 13 años para pagar del orden de US$ 1.300 millones a US$ 1.500 millones. Por tanto, el tema es tremendamente complejo. Sí insistir que, por los afiliados, es mejor una mala ley corta, a que no haya ley corta. Existen 600 mil personas más o menos que no se pueden mover de isapre y el drama es que si su isapre quiebra, van a Fonasa, que sabemos que está en una situación compleja. Si las isapres quiebran van a ir a engrosar listas de espera.

- ¿Dónde está el faltante? ¿Es el monto de la deuda?

- La gran piedra de tope es el monto de la deuda.

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- ¿Va a ser impagable igual?

- Lo que veo es un sistema que ha duplicado la deuda con los prestadores en los últimos tres años. Que producto del GES bajaron $ 27 mil millones al mes. Que ahora tienen que pagar US$ 1.500 millones en 13 años. Y que además tienen que bajar por tabla de factores. Me cuesta verlo en el Excel cómo eso les da sostenibilidad a las isapres. Si baja la deuda, ya se les puso una carátula. Se llama "perdonazo". Yo prefiero ponerle otro: "salvataje". ¿A quién? ¿A las isapres? No, cero. A los afiliados de las isapres. Hay que salvar a los afiliados de la isapres. Más que mirarlo como un perdonazo, es salvemos a los afiliados.

- El Gobierno no se ha movido del monto de la deuda. ¿Eso significa que en dos, tres o seis meses, ¿van a caer isapres?

-Lo importante es que no van a caer todas al mismo tiempo. Por eso la ley corta es menos mala. Espero que si cae una primera, quién esté a cargo del sistema de salud, haga los cambios que haya que hacer para no permitir que caiga el resto. La ley corta hace que esto se prolongue en el tiempo, por eso es menos malo a que no haya nada y que caigan todas inmediatamente, porque no hay tiempo para reaccionar. El mejor escenario es que no caiga ninguna. Ahora, si las van a hacer caer, ojalá las hagan caer en el tiempo y cuando caiga la primera y vean que hay 100 mil personas, dramas familiares, ojalá ahí el Gobierno que esté de turno tome las medidas para evitar que esto continúe.

- ¿Cómo evalúa el manejo del Gobierno y el Congreso en esta crisis?

- Llevan mucho tiempo discutiendo un tema donde acá lo que hay detrás no son clínicas, no son isapres, son familias. Me parece irresponsable. Esta situación no es producto de la Corte Suprema, sino de una reforma que viene esperando 15 años. Hoy tenemos un plazo que se cumple el 12 de mayo y todavía no se ponen de acuerdo.

- Con las otras medidas, como que los planes son al 7%, ¿no ve factible que equilibren los ingresos?

- Que no haya planes de menos del 7% lo que hace es disminuir un poco la deuda, de US$ 1.600 millones a unos US$ 1.400 millones. Si me pregunta si es suficiente, no. Pero insisto: es mejor una mala ley corta a que no haya ley corta.

- El superintendente dijo que también esto depende del directorio de las isapres y volvió a mencionar el tema de los aumentos de capital. ¿A las isapres les ha faltado también una cierta voluntad de los directorios, de esas matrices?

- Los dueños tienen que ponerse, pero siempre que vean viabilidad. Doy un ejemplo: la Cámara Chilena de la Construcción (Consalud), durante 2022 se puso con alrededor de US$ 120 millones de aumento de capital. ¿Y qué les pasó el 1 de enero del 2024? Les bajaron el precio GES. Si ven una ley corta razonable, un camino de cómo debiera ser la reforma en que las isapres debieran proveer este Plan Único de Salud, si ven horizonte y una certeza jurídica, van a hacer los aumentos de capital. En el escenario hoy, en que todo es incerteza, dificulto que estén dispuestas a hacer aumentos de capital.

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- ¿Hay un problema ideológico de parte de algunas personas en el Gobierno que ven en esta coyuntura la oportunidad de que por defecto caiga ese sistema y nos quedemos solo con el mundo público estatal?

- Me cuesta creer eso, no obstante que el programa de Gobierno y el proyecto de Constitución que se rechazó en septiembre del 2022, lo decía. ¿Por qué no quiero creerlo? El último año, 44 mil personas murieron en Fonasa en una lista de espera. Es el Estadio Nacional lleno. Me cuesta creer que haya gente que esté dispuesta a que más gente muera en una lista de espera. Y eso es lo que pasa si hacen colapsar el sistema asegurador privado.

A UnitedHealth Group, dueña de Banmédica y Vida Tres, que invirtió US$ 2.700 millones en Chile, les cambiaron las condiciones. A Cruz Blanca, Bupa, que invirtió US$ 800 millones, también. Yo creo que ellos van a recuperar la plata en el Ciadi. Se demora, pero a la larga son empresas grandes que yo creo que les va a ir bien. Por lo tanto, si cae el sistema privado, al país le va a costar muertes y plata en los tribunales internacionales. ¿Cómo puede haber gente que quiere que suceda eso?

- ¿Estamos a tiempo todavía de una transición ordenada?

- Quedan 48 horas. Espero se pongan de acuerdo. Insisto: es mucho mejor una mala ley corta, a que no haya ley corta.

“Tenemos todo preparado”

- Clínica Alemana está en el segmento de  altos ingresos, 90% pacientes con isapres. ¿Tienen riesgo de caer en insolvencia, si empiezan a caer las isapres?

- Clínica Alemana este escenario lo empezó a ver hace cuatro años. Veíamos tres escenarios. Uno, que hubiera una ley que diera viabilidad al sistema. Otro, un término en cascada del actual sistema -que sería esta mala ley corta, llamémoslo así-. Y otro, que no haya ley corta, y que todas las isapres quiebran al mismo tiempo, menos una, que tomó la decisión el Grupo Alemana de sacar: Isapre Esencial.

Tomamos todas las medidas. Frenamos nuestras inversiones. Muchas atenciones que antes se desarrollaban de manera hospitalizada, hoy se realizan de manera ambulatoria, con un menor costo para las aseguradoras. Clínica Alemana dijo que no puede seguir construyendo grandes proyectos. Tenemos todo preparado para poder enfrentar la caída del sistema.

- ¿Cómo en lo concreto?

- Si caen todas las isapres, hay una que no tiene ninguna posibilidad de caer.

-¿Esencial va a aceptar a los preexistentes?

- Esencial se rige por la normativa de la Superintendencia. O sea, te aceptan de acuerdo a las carencias y a la normativa que hay. Si tú me preguntas si puede aceptar una isapre a una persona que está en un tratamiento de cáncer, no. No hay ninguna posibilidad. He escuchado a un parlamentario que dijo que hay que hacer una ley de artículo único y que las preexistencias, sin hacer fondo de compensación de riesgo, se acaben.

- ¿Eso no es factible?

- Lo único que hace eso es que la isapres que no quebraron, quiebren. O sea, ahí efectivamente se da que no quede ninguna.

-¿Qué medidas han tomado ante un eventual desastre o desastre en dominó?

- Girar todas las líneas con los bancos, tener la mayor cantidad de recursos para poder enfrentar el peor escenario, modelar el peor escenario. ¿Cuántos afiliados en isapres? Del orden de 220 mil.

- ¿Es el piso que necesitan para seguir funcionando?

- Exactamente, para poder pagar los costos fijos de la institución, que el 70% es capital humano. Que haya un cierto número de atenciones, y esos son los 220 mil. Existen 2.600.000 personas en el sistema isapre, de las cuales, desgraciadamente 600 mil aproximadamente tienen preexistencia y tienen que irse a Fonasa. Y de los otros 2 millones, las que se quieren atender en Clínica Alemana pueden elegir a cualquiera de las isapres que haya en el sistema.

- Mencionó que han girado las líneas de crédito. ¿Han acumulado caja constante y sonante, de cuánto?

- Lo que sea necesario para poder sobrellevar la crisis. Las isapres le deben a las clínicas privadas del orden de $ 700 mil millones. Yo creo que están subestimados y que anda más cerca de los $ 800 mil millones. El 10% de eso lo deben a la Clínica Alemana, y hemos tomado las medidas para poder soportar lo que significa ese 10%. Es lo necesario para poder enfrentar el que dejes de cobrar $ 80 mil millones, y tengas que seguir pagando tus costos fijos.

- Habían cortado convenios con dos isapres, Consalud y Nueva Masvida. ¿Se han sumado más isapres?

- Solamente con esas dos isapres en el ámbito hospitalizado. Tenemos convenio ambulatorio con todas las isapres.

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- ¿Qué información manejan en cuanto a las garantías? ¿No están al 100%?

- Yo tengo la certeza de que no están al 100. Clínicas de Chile dicen que están más o menos en un 60%. Yo creo que están en un 30%.

- ¿Qué han hecho ustedes con el tema de los aranceles? ¿Están subiendo los precios?

- Clínica Alemana no ha tocado sus aranceles los últimos seis años. Y no solamente no hemos tocado los aranceles, sino que la cuenta para los aseguradores y para los pacientes es menor. ¿Por qué? Por la menor estadía de los pacientes.

-¿Pero este 2024 van a tener que cambiar y subir?

- No. Y en 2025 tampoco.

Proyectos postergados

Clínica Alemana tenía varios proyectos en desarrollo, algunos de los cuales están postergados ante la actual coyuntura del sector salud, mientras otro -que no está aplazado- lleva 18 meses entrampado en una situación regulatoria. En el grupo de los postergados está el proyecto de la clínica en Plaza Egaña, una inversión no menor a US$ 200 millones. “Ninguna posibilidad hoy día de hacerlo. Hicimos un centro médico que ha funcionado muy bien, ha tenido una excelente acogida”, dice Piera. También postergado está un proyecto en La Dehesa, un segundo edificio espejo del primero, que cuenta con autorizaciones, y que significa del orden de US$ 40 millones de inversión. Y también una ampliación, un edificio clínico en la ubicación original de la Clínica Alemana en Vitacura, en los antiguos estacionamientos, por unos US$ 40 millones. “La idea nuestra es hacerlo en etapas y obviamente por toda esta situación del sector salud está también postergado”, agrega el CEO.
Sí está en vías de entrar a funcionar un centro médico en San Carlos de Apoquindo, que parte a finales de este año y fue una inversión de unos US$ 6 millones. “Y lo otro que estamos trabajando y llevamos un año y medio en los permisos y se ve complejo, es un centro de salud mental. Estamos viendo si lo podemos abrir en La Dehesa", dice el gerente. Ya cuenta con el terreno, pero el problema se ha suscitado con los permisos, porque la normativa señala que el Centro de Salud Mental tiene que estar adosado a la clínica, pegado, no en el mismo terreno, pero separado. "El lugar es espectacular, pero desgraciadamente no conversa con la autorización. Llevamos un año y medio tramitando los permisos. Son del orden de los US$ 15 millones en inversión”, cuenta Piera.

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